A partir de la penetración española en el territorio mexicano, el idioma español fue obteniendo una presencia mayor en los ámbitos más importantes de la vida. Primero, en la Nueva España, fue la principal lengua de la administración durante el siglo xvii. En los primeros años después de la Conquista se permitió el uso de las lenguas indígenas e incluso se alentó el empleo del náhuatl como lingua franca. No obstante lo anterior, se calcula que, al concluir la Guerra de Independencia, el número de hipanohablantes escasamente superaba el 40 % de la población, ya que los indígenas seguían empleando mayoritariamente sus lenguas vernáculas.
In 1889, Antonio García Cubas estimated that 38% of Mexicans spoke an indigenous language, down from 60% in 1820. By the end of the 20th century, this figure had fallen to 6%.